Establecer vínculos de confianza y credibilidad, con los grupos de interés, constituye un pilar fundamental del plan de negocios. En esta tarea, las relaciones públicas incorporan nuevas herramientas para labrar la reputación de las marcas
Las relaciones públicas se ganaron su puesto como pieza clave de ese rompecabezas que se llama comunicaciones integradas de mercadeo. De eso no ha ninguna duda. Identificadas bajo diversas denominaciones –comunicaciones estratégicas, comunicaciones corporativas y comunicaciones de marca– y miradas con cierto desdén décadas atrás, cuando su foco de actuación abarcaba en su mayor parte los eventos y los gabinetes de prensa, hoy en día constituyen un factor indispensable y significativo para forjar vínculos positivos entre una marca y sus audiencias clave
¿Cuál es la razón? Ganancia de credibilidad, confianza y reputación. Y de buena reputación, vale acotar. Sí, con el apoyo de las relaciones públicas este trío de activos intangibles puede ser construido y consolidado a favor de las marcas. Claro está, hay que tener en cuenta que ellas no son la panacea en sí mismas, sino que su gestión actúa complementariamente y en conjunto con otras disciplinas de la comunicación: publicidad masiva, mercadeo directo, trade marketing, promociones y actividades BTL, por mencionar algunas.