La producción no logra recuperarse, pese a
los esfuerzos del sector. A las limitaciones que este ha venido enfrentando, se
suma ahora la fijación de precios en el marco de una nueva ley. ¿Se verán
números azules al cierre de 2011?
Controles van, controles vienen desde el Gobierno. Muchos
sectores han resultado impactados y la industria automotriz venezolana no es la
excepción. En los últimos años, esta se ha visto arropada por restricciones y, ahora,
debido a la anunciada fijación de precios de venta al público de los vehículos,
le toca sortear un nuevo obstáculo en su camino.
A mediados de septiembre pasado, el sector de las
ensambladoras fue
llamado a botón. El vicepresidente del Área Económica Productiva, Ricardo
Menéndez, pisó la tecla: “Habrá precios sugeridos para las ensambladoras y se
establecerá un margen de comercialización para los concesionarios”. El vocero, también
Ministro de Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias, puntualizó que “quien
violente estos mecanismos será evaluado bajo la Ley de Costos y Precios Justos.
Ya basta de tanta especulación, estamos en un debate frontal contra el
capitalismo”.
En este sentido, los fabricantes de vehículos
fueron emplazados a entregar un análisis de su estructura de costos. La fecha
tope para fijar el reglamento de este instrumento legal es el 22 de noviembre.
El pronunciamiento del Ejecutivo se produjo luego
de una reunión celebrada entre la Comisión de Desarrollo Económico de la Asamblea
Nacional y representantes de la cadena que conforma la industria automotriz,
con el fin de evaluar distorsiones en los precios. Allí los representantes del
sector indicaron que los controles gubernamentales eran, precisamente, los que afectaban
el valor de venta.