Crecimiento en la facturación, en el equipo de colaboradores independientes y en el desempeño general del negocio son los logros que reportan las empresas de venta directa en Venezuela, en sintonía con la tendencia de Latinoamérica. Este sector, que representa 32% del mercado, se ha consolidado gracias a las preferencias de consumidoras, quienes –por más que tengan sus bolsillos apretados debido a la recesión–, se las ingenian para consentirse a sí mismas, a su familia y a su hogar. ¿La clave del éxito? Enfocar la estrategia en la atención personalizada, con flexibilidad y esmero
En América Latina, una de cada cuatro ventas se realiza de manera directa y en nuestro país este modelo representa 32% del mercado versus el canal tradicional, sostiene la empresa de investigación Euromonitor en un estudio que analizó el desempeño del sector en el año 2009. Estas cifras concuerdan con las manejadas por la consultora Datos (octubre 2010), que señala que 32,4% de los venezolanos compra por catálogo.
La primera de las firmas mencionadas perfila la dimensión del negocio: en el período analizado, en la región se colocaron poco más de 21 mil millones de dólares, de los cuales Venezuela reportó alrededor de 1.500 millones. De este total, cerca de 82% del monto facturado en suelo local corresponde a la categoría cuidado personal y belleza.
Contundentes. Así son los indicadores que denotan el sólido crecimiento del sistema de venta directa no solo en Venezuela, sino en Latinoamérica en los últimos tiempos. En nuestro caso, no hay que olvidar que los consumidores de bajos ingresos que incrementaron su disponibilidad de dinero han sido un factor decisivo, al menos hasta el 2008, ya que precisamente este grupo de la población representa el grueso de los consumidores de los productos que, catálogo de por medio, se compran a través del encuentro personal que se da entre un agente independiente (mujeres en su mayoría) y su cliente (también féminas de forma preponderante).