La producción no logra recuperarse, pese a
los esfuerzos del sector. A las limitaciones que este ha venido enfrentando, se
suma ahora la fijación de precios en el marco de una nueva ley. ¿Se verán
números azules al cierre de 2011?
Controles van, controles vienen desde el Gobierno. Muchos
sectores han resultado impactados y la industria automotriz venezolana no es la
excepción. En los últimos años, esta se ha visto arropada por restricciones y, ahora,
debido a la anunciada fijación de precios de venta al público de los vehículos,
le toca sortear un nuevo obstáculo en su camino.
A mediados de septiembre pasado, el sector de las
ensambladoras fue
llamado a botón. El vicepresidente del Área Económica Productiva, Ricardo
Menéndez, pisó la tecla: “Habrá precios sugeridos para las ensambladoras y se
establecerá un margen de comercialización para los concesionarios”. El vocero, también
Ministro de Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias, puntualizó que “quien
violente estos mecanismos será evaluado bajo la Ley de Costos y Precios Justos.
Ya basta de tanta especulación, estamos en un debate frontal contra el
capitalismo”.
En este sentido, los fabricantes de vehículos
fueron emplazados a entregar un análisis de su estructura de costos. La fecha
tope para fijar el reglamento de este instrumento legal es el 22 de noviembre.
El pronunciamiento del Ejecutivo se produjo luego
de una reunión celebrada entre la Comisión de Desarrollo Económico de la Asamblea
Nacional y representantes de la cadena que conforma la industria automotriz,
con el fin de evaluar distorsiones en los precios. Allí los representantes del
sector indicaron que los controles gubernamentales eran, precisamente, los que afectaban
el valor de venta.
Ahora bien, la determinación de precios en el marco
de la Ley de Costos y Precios Justos se suma al entramado de factores que
influyen en la recesión de la industria. Retrasos en la entrega de divisas
(cuyo flujo, a decir de Cavenez y las ensambladoras, ha mejorado relativamente
este año, con asignación de 1.225,5 millones de dólares hasta el pasado julio,
según datos de Cadivi) y en el otorgamiento de certificados de no producción,
así como altas imposiciones fiscales y problemas sindicales en las plantas son
elementos que frenan su desarrollo. La producción descendió 40% entre los años
2007 y 2010.
Oferta
mermada
La industria tiene una capacidad instalada de entre
250 mil y 300 mil unidades. Sin embargo, según las cifras de Cavenez, el año
pasado solo logró ensamblar 104.357 vehículos, cifra que representa una
variación negativa de 6,45% con respecto a 2009, cuando se produjeron 111.554
unidades.
Esta caída se verifica desde el año 2007. En ese entonces
la producción fue de 172.418 vehículos; al año siguiente fue de 21,68% menos,
es decir, 135.042 vehículos.
Cabe mencionar que a principios de 2008 entró en
vigencia una nueva política automotriz dictada por el Ejecutivo Nacional, con
el objeto de “estimular la producción nacional”. Resoluciones gubernamentales
establecieron el control de licencias de importación y condiciones de ingreso
de Material de Ensamblaje Importado para Vehículos (MEIV) y vehículos
semiensamblados (SKD), entre otros aspectos. No obstante, las cifras recogidas
por el gremio denotan un resultado opuesto al espíritu de esos instrumentos.
¿Y cómo marcha la fabricación en lo que va de 2011?
De enero a agosto se ensamblaron 69.628 unidades, 2,92% por debajo del mismo
período del año anterior (71.723 vehículos). Esto significaría que para
alcanzar al menos el mismo nivel de 2010 se necesitarían 34.729 unidades, con un promedio mensual
de poco más de 8.600 para lo que resta de año. No obstante, según las
declaraciones del presidente de Cavenez en agosto pasado, las estimaciones del
gremio eran cerrar 2011 con cifras en azul, traducidas en 120 mil vehículos, lo
cual supondría que para alcanzar esa meta se requeriría producir 50.372
unidades entre septiembre y diciembre. El reto es
inmenso.
“Aun así, restan los tres meses de mayor
pro-actividad en el ensamblaje nacional en términos estacionales e históricos
(septiembre-octubre-noviembre), por lo que en la medida que el crecimiento en el
ensamblaje durante este período sea más que proporcional en comparación al
registrado a lo largo del 2010, podrá recuperarse los niveles acumulados para
el cierre del año 2011”, señaló Cavenez.
¿Y las
ventas?
Lógicamente, en un mercado con una oferta
disminuida los índices de venta también siguen la tendencia a la baja. El
descenso brusco ha sido constante: 491.899 unidades comercializadas en 2007; 271.622,
en 2008; 136.517, en 2009 y 125.202 en 2010. Es decir, el año pasado se colocó
apenas una cuarta parte de lo que se vendía tres años atrás.
Y al parecer, todo apunta a que al cierre de 2011
la caída se mantendrá. De enero a agosto se comercializaron 78.346 vehículos,
mientras que para el mismo período de 2010 las estadísticas de Cavenez
arrojaron 81.196 unidades. Esta cifra representa una variación negativa de
3,5%.
El almanaque aprieta, porque para alcanzar los
niveles del año pasado se requeriría que la venta de vehículos de pasajeros, utilitarios y
comerciales, entre nacionales e importados, sumara 46.856 unidades.
En cuanto a los números de los automóviles
importados, se verifica que de enero a agosto de 2011 se colocaron 9.185 versus los 7.623
vendidos en el mismo lapso de 2010. Sin embargo, hay que considerar que el año
pasado se comercializaron 13.991 unidades, frente a las 16.229 de 2009 y 55.803
de 2008.
Justo para 2008, los importados representaban
20,54% del total de vehículos vendidos (torta que también incluye a los fabricados por las siete
ensambladoras que operan en Venezuela), mientras que dos años más tarde el market share de los “foráneos” cayó a 11,17%.
Así las cosas, entre la producción contraída y la
subsecuente disminución en las ventas, el sector automotor en Venezuela sigue
enfrentando un panorama complejo. Falta ver cuáles serán las consecuencias de
la fijación de precios y margen de comercialización para ensambladoras y
concesionarios y si la meta de cerrar 2011 con números azules será alcanzada
por la industria.
Compras programadas en la mira
Debido a las acciones del Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (Indepabis), a mediados de este año, la comercialización de vehículos mediante el sistema de compras programadas estuvo bajo revisión. Según el organismo, la acción fue el resultado de crecientes e innumerables denuncias de estafas por parte de los clientes de esta modalidad. Consorcio Participar, Chevy Plan, FonBienes, Plus Car y Ford Plan son algunas de las compañías en la mira.A finales de septiembre pasado, el Indepabis indicó en referencia a Plus Car “que hasta el momento se ha logrado que 15 mil familias recibieran el reembolso total invertido por cada afiliado. Mientras Chevy Plan y Plan Ford han entregado vehículos a 30 mil familias afectadas por este tipo de estafas de fraude de ventas programadas”.Recientemente se introdujo en la Asamblea Nacional el proyecto de Ley Contra la Estafa en Compras Programadas de Vehículos Nuevos y Usados. La regulación viene.
Publicado en: Revista Dinero
Sección: Negocios
Autor: Gloria Calderón
Fecha de publicación: Octubre 2011
Autor: Gloria Calderón
Fecha de publicación: Octubre 2011
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